Porto Cristo en la costa este de Mallorca

En nuestro blog de inspiración dejamos que nuestros invitados expresen su opinión. Comparten sus experiencias de vacaciones y dan consejos de primera mano sobre actividades y destinos de excursiones interesantes en su destino de vacaciones.

Necesitábamos un descanso y buscábamos algo exclusivo. Enseguida encontramos lo que buscábamos en casapilot y nos decidimos por una casa de vacaciones en Mallorca. Nunca podríamos haber soñado con lo que nos esperaba aquí.

Nuestra llegada a Porto Cristo

Incluso el viaje a Porto Cristo es un placer. Después de aterrizar en Palma, recogemos nuestro coche de alquiler, un elegante descapotable, perfecto para las pintorescas calles de Mallorca. El recorrido a lo largo de la costa nos lleva a través de olivares y pequeños pueblos mientras el sol se hunde lentamente en el horizonte.

Porto Cristo nos recibe con su tranquilo encanto. El paseo a lo largo del puerto está lleno de elegantes cafés y pequeñas boutiques. Nos sentamos en la terraza del SUR Beach Bar, un bar con vistas al mar, y disfrutamos de un zumo de naranja natural mientras los veleros se mecen suavemente con la brisa. Más tarde pasearemos por sus estrechos callejones, descubriremos patios escondidos y nos dejaremos llevar. Nos sentimos como si estuviéramos en otro mundo.

Mundos mágicos en la cueva de estalactitas

A la mañana siguiente partimos hacia las famosas “Cuevas del Drach”. Tan pronto como entramos en las cuevas de estalactitas, estamos rodeados por una atmósfera fresca y misteriosa. El aire es húmedo, las luces son tenues y cada rincón parece contar una historia.

Descendemos más profundamente y finalmente llegamos al lago subterráneo Martel. De repente, suenan suaves melodías clásicas, tocadas por músicos en un barco que se desliza lentamente por el agua tranquila. La acústica de la cueva hace que la experiencia sea aún más intensa: es un momento mágico que disfrutamos en silencio. Después del viaje en barco, volvemos a la luz del día y necesitamos un momento para procesar lo que hemos experimentado.

Un día perfecto en la playa de Cala Mesquida

Después de la impresionante experiencia en la cueva, nos sentimos atraídos por el mar. El viaje a Cala Mesquida nos lleva a través de un bello paisaje con ondulantes colinas y densos bosques de pinos. Cuando llegamos nos encontramos con una vista perfecta: una amplia playa de arena rodeada de colinas con forma de dunas y aguas cristalinas.

Encontramos un lugar tranquilo, extendemos nuestras toallas y dejamos que el sol nos caliente. Mientras nos refrescamos en el mar, sentimos el suave juego de las olas y nos sentimos completamente libres. Por la tarde pedimos un almuerzo ligero en el pequeño bar de la playa: marisco fresco y una copa de vino blanco helado. El momento perfecto para simplemente disfrutar.

Cena de tapas: Un viaje para los sentidos

Por la noche, un plato fuerte gastronómico está en el programa: una cena de tapas en Artà, en la Vermuteria by Baudot 1926. Hemos reservado una mesa en un encantador restaurante conocido por su auténtica cocina. La mesa se llena rápidamente de pequeños cuencos: crujientes patatas bravas con alioli picante, tiernas lonchas de jamón, aceitunas marinadas y gambas a la plancha.

Probamos los diferentes sabores mientras disfrutamos del animado ambiente. El posadero recomienda un vino tinto local que combina perfectamente con la comida. Mientras el sol se pone y baña las calles de Artà con su cálida luz, nos reclinamos y nos sonreímos unos a otros. Aquí, en este momento, lo sabemos: Este es el verdadero sabor de Mallorca.